Momento reciclado y reutilizado

Un recuerdo hecho recuerdo. Pero también un revival, un remake: una muestra más de falta de imaginación.

La omnipresente pantalla nos refleja lo que acabamos de ser, nos enseña nuestro otro yo virtual, ese que cada día resta más tiempo de existencia al real.

Y esta bitácora atesora una entrada más.

La nota

Abrevia el espacio en blanco de una página, marcándolo con senderos que pretenden ser rectos. A mitad de camino entre píldora para no dormir y archivador, la nota va creciendo y acercándose a su final, tanto más probable cuanto menos interesante sea la conferencia.

El futuro se escapa

El futuro es la línea del horizonte: inalcanzable. Siempre está por llegar y, a medida que avanza tu vida, comienza a alejarse. Entonces, el futuro comienza a ser algo más de los demás y menos de uno.

El futuro es ese niño en bicicleta que se aleja cuesta arriba: le ves escaparse y te sientes tan irrelevante como una mota de polvo en la inmensidad del Universo.

Despiértame

¡Eh, tú! Dame eso que tienes. Dame la energía que has acumulado en tus negros y pequeños granos. Dame la inyección de adrenalina diaria, despierta mis sentidos como cada mañana y luego espérame, callada, hasta que vuelva a tu grifo en la instaurada rutina de un día cualquiera.

Tres luces, tres sombras

Tres personas, tres historias entrecruzadas, tres acumulaciones de momentos originales, tres compañeras de alguien, tres sombras fugaces en la historia del planeta. Tres retos, tres incógnitas, tres infiernos, tres luces. Tres mujeres.

Manduca

Todo el mundo necesita comer: transformar el alimento en energía potencial. A veces, esa comida se vuelve manduca, sobre todo cuando el asunto es acabar pronto, no molestarse mucho. Entonces, reconviniendo nuestro instinto  ancestral, abrimos el frigorífico y sacamos aquello que menos esfuerzo nos va a consumir. Así ganamos un tiempo que podremos malgastar en cualquier otra cosa y en cualquier otro momento.

El lugar donde mueren los sueños

Oficina de Extranjería: sobran las palabras. Aquí terminan los sueños de mucha gente. "Sí, su hija está en el Instituto desde hace dos años, usted lleva aquí dos y medio, su patrono quiere hacerle un contrato legal, pero es que usted no tiene arraigo y debe volver a su país, para hacer los trámites desde allí".

Surrealismo institucional.